lunes, 18 de marzo de 2013

A veces tarde, es demasiado tarde.

Difícil es una palabra que abarca muchos sentidos. Es difícil levantarse de la cama un lunes a las 7 de la mañana, pero también es difícil resistirse a tu sonrisa. 
Es muy difícil callarse un secreto cuando una parte de ti está deseando gritarlo en medio de la Gran Vía, pero es más difícil la espera. De hecho, creo que ésta es una de las cosas más dañinas que hay.
Cuando se toma la decisión de esperar, por algo o por alguien, realmente hay que tener claro que tienes muy pocas probabilidades de que eso suceda, puesto que si no, el reloj de la espera ya se habría parado para dar paso a la acción. Pero el ser humano es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra, el único capaz de crearse esperanzas cuando la razón y, casi, el corazón, te piden evacuar la zona.

There are many things that i would like to say to you, but I don't know how;

viernes, 1 de febrero de 2013

Te daré mi vida entera.

¿Cuándo comenzó todo? ¿Hace 5, 6 años? Y lo que hemos vivido juntas ya.
Particularmente creo que el tiempo que pasas con una persona no es proporcional a lo que puedas llegar a quererla, y si no, que nos lo digan a nosotras, que nos vemos 15 días al año.
Pero tienes algo que nadie más tiene y que sé que eso nos hace permanecer juntas. Tienes una bondad admirable, no importa quién te pida ayuda, tú siempre estas dispuesta a dejar de hacer algo por ti para emplear tu tiempo en otros. No importa lo que haya pasado ni la hora que sea, siempre tienes una palabra bonita en la boca y un abrazo capaz de encoger el corazón de cualquiera.
A día de hoy creo que si tuviera que elegir el mejor momento que he pasado contigo, elegiría aquel verano de hace 4 años en el que pasamos muchas mañanas sentadas en un banco. Simplemente hablando, porque no necesito nada más de ti. No necesito un baile, que de vez en cuando no estaría mal, ni necesito un "te quiero", estás tú y con eso me basta. Y me basta por tantas cosas que sólo tú y yo sabemos. Por cada secreto que nos hemos confesado, por cada vez que nos la ha sudado alguien o por cada momento en el que nos han partido el corazón, porque has estado en todas y cada de las cosas malas que me han pasado, pero te ha faltado tiempo para acompañarme en las buenas.
De la misma forma en que no elegimos nuestra familia, ni el día en el que vamos a nacer, tenemos la capacidad de elegir con quien queremos pasar el resto de nuestras vidas. Y, como regalo de cumpleaños, tengo que decirte que eres una de las pocas personas que figuran en mi lista, porque no quiero que nada me separe de ti. Quiero tener 30 años y hablar contigo del pedo que nos cogimos la noche anterior, de los morenazos a los que nos ligamos y de las ganas que tengo de volverte a ver.
Te quiero Ángela, para siempre, y creo que pocas cosas más describen esto que tenemos.
Felices 18, preciosa, pero siempre serás mucho más grande que el número de años que puedas llegar a cumplir.